Marco teórico

 

Fundamentación teórica

“Hábitos de convivencia en el aula”.

    En primera instancia de este diagnóstico empezare por aclarar que son los hábitos de convivencia, entonces según la RAE se define hábito como: Modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas, a su vez convivencia como: la Acción de convivir.

    Hablar sobre la convivencia en el ámbito escolar y especialmente sobre “respetar los turnos en el aula” es una tarea ardua sobre todo en los niveles menores y que requiere de mucha paciencia tanto por parte del docente, de los alumnos y la familia ya que esta también debe reforzar las normas establecidas en el aula.

    Para poder comenzar  este arduo proceso el docente deberá: Establecer reglas de comportamiento y rutinas desde el comienzo del año escolar. Es importante que los niños conozcan los procedimientos dentro del aula y las consecuencias que implican no cumplirlos, así como las del quebrantamiento de reglas. Sea claro y explícito, así como consecuente en sus indicaciones.

    Comience las clases a partir de un contenido conocido, en un estilo de repaso de lo aprendido para luego ir poco a poco introduciendo nuevos (Condemarín, 1999) (1). Al inicio de cada lección los contenidos y habilidades aprendidas en la lección anterior y comente cómo se relacionan con la lección de hoy. De esta manera, las relaciones entre diferentes contenidos serán más evidentes, lo que facilita su retención.

    Entregue instrucciones claras y precisas para las actividades. Antes de dar una instrucción, solicite  a los niños que presten atención, que dejen de hacer lo que estaban haciendo y que lo miren y escuchen atentamente. Puede usar estrategias como cruzar los brazos sobre el banco, referir la atención a una lámina de normalización.

    Refuerce los éxitos. Muy a menudo, los niños con dificultades reciben una información clara con respecto a sus fracasos. Por el contrario, pocas veces son reforzados por aquello que son capaces de realizar (Valmaseda en op. cit).

    Trátelos como personas grandes exigiendo comportamientos apropiados con firmeza, pero sin incomodarlos o humillarlos en frente del grupo. Escúchelos con paciencia y pregúntele su opinión, pues ellos responden bien a los tratos amables (Haeussler en Lucchinni, 2002). (2)

Si bien es esperable que, dadas las características de la edad de los niños los incumplimientos puedan ser relativamente frecuentes por diversas razones. En la medida que se consolidan, se van convirtiendo en patrones de comportamiento y van paulatinamente volviéndose rasgos de la personalidad.

 

 

(1) Condemarín (1999) Lectura temprana. Santiago: Editorial Andrés Bello. 

(2) Lucchinni G (2002). Problemas específicos de lenguaje (pp. 111-136). Orientaciones para el apoyo a niños con déficit atencional  (pp. 93-110). Orientaciones Específicas para apoyar a los niños con problemas de lenguaje (pp. 155- 179) en Niños con necesidades educativas especiales. Santiago: Ediciones Universidad Católica y FUNDAR.